Revolutionary Road


Revolutionary road es una película basada en una novela homónima de Richard Yates. No obstante, al verla parece que se enmarca más en un teatro anterior, en uno en el que era indispensable contar un drama algo más atronador, más histérico.

La historia: April (Kate Winslet) y Frank (Leonardo DiCaprio) son una joven pareja que después de albergar los más ambiciosos proyectos se ha visto reducida a encarnar el ideal del llamado sueño americano. April quería ser actriz pero no tenía talento, Frank quería ser algo parecido a un escritor pero su vida se reduce a trabajar para mantener a su familia. Sin embargo ambos no han dejado de ser un par de soñadores, más April que Frank, cabe anotar. En un último intento por alcanzar los sueños April le presenta un loco plan a Frank para que vayan a París, para que el encuentre lo que tan fabulosamente le aguarda. A este nuevo proyecto se le irán oponiendo los días, un nuevo embarazo y la creciente asimilación de Frank al sistema. Ello derivará inevitablemente en peleas, odios, histeria y más histeria. De modo bastante estridente el final será un aborto(-suicidio) que hará que Frank tenga que vivir el resto de sus en compañía de sus dos hijos en Nueva York.

De Sam Mendes sólo he visto esta película. Pero parece que él tiene una suerte de fijación en presentar las -más o menos evidentes y las un tanto ocultas- contradicciones del modo de vida de Estados Unidos, del modelo capitalista si se quiere. De hecho, en Revolutionary road, esta idea será una suerte de tesis que casi dirigirá la película para enseñarnos en el desenlace los peligros que conllevan estos dramas (no sólo en la vida real, sobre todo en el cine, se entiende).

Hice una referencia al teatro y es necesario recalcar que es notorio que la película se maneja como mucho obras teatrales lo hacen. Cada personaje mediante sus líneas dice una nueva pieza de información que nos ayudará a concluir lo que Mendes concluyó hace mucho tiempo. Cada elemento en la película está tan puesto que es meramente mecánico, por ejemplo: los hijos de la pareja existen sólo para que ellos no puedan ir a París. Y en ese grande mecanismo se puede notar que Mendes es un técnico hábil pero carente de vitalidad, de comprensión.

Aún, en Revolutionary road se pueden encontrar virtudes, las encabezaría por cierto grado de ironía que pervive en el filme. Desde el título, Revolutionary Road es la calle donde queda la casa que será la morada (y la cárcel) de esta pareja. Las actuaciones son lo que cabría de esperar de una de las actuaciones que se suelen aclamar, algo mejor Winslet que DiCaprio, la actriz británica más contenida, el norteamericano más amarrado a los gritos y exclamaciones que algunos confunden con eso denominado actor de carácter (si bien es cierto que aquello se le acomoda al personaje, y en esa medida es aceptable).

Pero Revolutionary road no deja de ser una película más de las que quieren ser una crítica mordaz, un producto bastante definido dentro del espectro (no muy amplio) de ofertas del cine de Hollywood. Una cinta que plantea una crítica como si fuera (casi) un dogma de fe. Tengo la impresión de que Mendes es una persona que está demasiada interesada en hacer todo explotar en un drama histérico, un drama que tal vez tenga poco que ver con la historia que narra, algo que haga que tanta pelea sea más una cuestión pirotécnica. Tanto así que en una de las secuencias tiene que poner a correr a DiCaprio por la calle sin razón (sé que la muerte de un ser querido produce reacciones impredecibles, pero esto de correr sí que no me había pasado por la cabeza).

Lo que me desagrada de Revolutionary road es su afán por decir verdades de peso. Verdades que por cierto no explora ni expresa de manera amplia o profunda. El aparato teatral que parece amparar a Mendes tal vez sea una de las razones por la que la película queda desarticulada, siendo un ejercicio que tal vez cumple con algunas normas dramatúrgicas, pero que está lejos de expresar de manera viva el drama que subyace en aquellas parejas de grandes aspiraciones.


P.S.: Revolutionary road ha sido titulada en español Solo un sueño. La traducción de los títulos (y de todo lo demás) merece un comentario más extenso. Por ahora sólo acotaré así esta nueva infortunada traducción.

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