La cinta blanca


La cinta blanca es una película excepcional. Una fábula aparente en la que algunos creen encontrar una moraleja que explica las causas del nazismo, es más bien una fábula que intenta explorar una serie de sucesos violentos en una zona rural de Alemania entre 1913 y 1914. Haneke explora en su cinta, no intenta demostrar el por qué del nazismo. La película no está tratando de demostrar unas tesis, aunque desde ella puedan empezarse hilar algunas. Asimismo, aunque tal vez sea innecesario añadir, uno debería recordar que en el arte el contenido es tan significativo como la forma, o que desde la particularidad que exponen las obras del arte ellas aspirar a una generalización que algunos llaman “universalidad”. Así, más que buscar ideas como en un tratado científico, habría de experimentarse, y, luego, de reflexionar sobre el todo de la obra, y no sobre su “temática”.

Por ello me centro en lo que muchos reseñistas y comentadores han pasado por alto: a forma narrativa y, después, en algunos eventos que quienes extraen conclusiones no tienen muy en cuenta.

La narración

Aparentemente La cinta blanca es narrada por la voz de un anciano que recuerda los incomprensibles eventos que tuvieron lugar entre 1913 y 1914 en un poblado alemán y de los que fue testigo. Dicho narrador no está seguro, mucho tiempo después, de comprender aquellos eventos. Sin embargo, lo que vemos en la pantalla no corresponde siempre con la posición del narrador, los eventos que describen las imágenes no son necesariamente conocidos por el narrador. Este hecho no es extraño en el cine, al contrario, es más bien común. Lo peculiar es que aquellos sucesos de los que no da cuenta la narración en off curiosamente le quitan el piso a la presunta tesis que muestra la película. Ahora, o el narrador nos oculta que conoce de estos otros eventos, o no los conoce.

El segundo punto de la narración a tener en cuenta es que en esta película encontramos lo que semeja ser una fábula convencional, aún sin resolución. No obstante, Haneke va minando dicha certeza al utilizar convenciones no compatibles con la mentada convencionalidad: un comienzo abrupto anterior a la narración, un final prolongado que parece no estar incluido dentro de la narración, largos planos-secuencias en la que los personajes esperan en silencio algo (una cuestión que probablemente no incluiría la narración del personaje, al menos como nos la muestra Haneke).

Quizás el que ahora Haneke sea más visto que antes no sólo se deba, en este caso en particular, al creciente prestigio del realizador austríaco, sino también a que La cinta blanca imita una narración sumamente utilizada. Pero la película es claramente un tipo de narración distinta. Su forma cinematográfica está lejos de ser la típica historia contada por un personaje que recuerda eventos de su pasado. Es como si Haneke apareciera como Hitchcock (con quien ha sido comparado), pero para mostrar todo aquello que Hitchcock no mostraría en una película, y no mostrar lo que Hitchcock presentaría.

De lo que se olvido la tesis

La tesis consiste aproximadamente en esto: una serie de accidentes y actos violentos aterrorizan el tranquilo ambiente de un poblado rural de Alemania. Parece que dichos actos son cometidos por los niños del lugar, niños que son maltratados cuando los adultos creen que ellos se lo merecen. El castigo, la represión y los vejámenes parecen haber conducido a un grupo de los niños a imponer justicia de la manera en que ellos creen entenderla. Ese sería, más o menos, el origen del nazismo.

Pero no todo es tan sencillo. La primera víctima de estos eventos es el médico. Un hombre viudo con una hija de unos 14 años y un hijo mucho menor. Es asistido por una vecina que tiene un hijo con síndrome de down. A medida que la película discurre nos enteramos de que el médico ha tenido relaciones con su asistente durante un tiempo, pero ya aburrido la humilla y decide no tenerlas más. Se sobreentiende que quizá el médico sea el padre del hijo de la asistente. Después nos enteramos que el médico viola a su propia hija que se parece a su madre (y también a la asistente). Esto podría resultar en que finalmente el médico no era una víctima inocente y que de alguna manera algo de “justicia” había en su “accidente”. Pero este enfermizo modo de pensar conduce también a una injusta tortura que sufre el hijo de la asistente. Hasta aquí incluso podía defenderse en algo que el nazismo es la distorsión de una idea de justicia que se basa en un orden. Lo que no cuadra es que los eventos en La cinta blanca no ocurren como un silogismo. Los vejámenes que realiza el médico se dan después de su accidente. No tenemos certeza de que el médico violara a su hija antes del accidente, por tanto, tal como vemos en la película, puede que sea probable que los que hacen estos actos tengan tanto de retaliación, como de violencia sin una causa muy clara.

Por otro lado, en la cinta no todo lo que ocurre es simplemente horroroso y violento. También hay otros eventos que son como “la otra cara de la moneda”. El espectador ha de ver en las bellas imágenes no sólo cómo se suceden estos eventos violentos, sino otros que no tienen el mismo tinte: aunque una de las hijas del pastor del poblado maté a un pájaro que su padre tiene como mascota por venganza, otro de los hijos del mismo pastor le ha de regalar por iniciativa propia a otro pájaro. Es más sencillo ver la realidad como una serie de eventos de un solo color, pero lo cierto es que en todo se encuentra más de un matiz. Haneke no está haciendo una película en la que simplemente va a demostrar su “interesante” idea sobre el origen del nazismo, sino va a mostrar una historia en la que se imita a la realidad (que sabemos es compleja y que no necesariamente se llena con una idea).

Este par de razones son claves que creo más que suficientes para decir que la cinta más que el descubrimiento de la causas, lo que quiere es explorar el modo en que ocurren unos eventos violentos particulares.

La violencia

Es evidente que uno de los centros del cine de Haneke es la violencia. No sólo dentro de sus películas, sino de alguna manera contra el espectador, al que provoca. Algo de lo que no está exento esta película, si bien algo más matizado.

Ahora, esta violencia resulta incómoda porque se parece mucho a la real. Por otra parte, no es una violencia que necesariamente esté justificada en una idea, sino que en buena medida no tiene esa justificación. Ya antes en Funny Games había expuesto el director una historia en que la violencia perpetrada por un par de jóvenes no tenía más razón que la misma violencia (y la “diversión” que ellos encontraba en ella). En definitiva, el cine de Haneke sigue siendo coherente en su exploración de estos sucesos ocultos pero constitutivos de nuestras sociedades, que por falta de mejor palabra hemos de llamar violencia.

Corolario: Lo excepcional de La cinta blanca radica en que se mantenga fiel a la idea de hacer arte como exploración, y no arte como sustentadora de “tesis”.


P.S. : La película tiene un subtítulo que no suelen traducir que en versión de un "bloguero" significa: Una historia infantil alemana.

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