Memento

He de confesar que cuando miré está película por primera vez me convertí en uno de sus entusiastas admiradores. La volvía a ver como si en ella se cifrase una verdad indispensable. Con el paso del tiempo mi entusiasmo fue disminuyendo. Hace unos días he vuelto a mirarla, ya no soy su entusiasta.

Memento funciona de una manera más sencilla de la que parece. La película tiene dos líneas narrativas: una que retrocede, en realidad no retrocede sino, más bien, avanza por secuencias ordenadas a la inversa (inversa al orden de principio a fin). La otra línea avanza convencionalmente, si bien el director puntualiza de que se trata de otra línea narrativa al presentarla en blanco y negro. Finalmente esas dos líneas se unen pues la de blanco y negro era la inmediatamente posterior a la otra.
Ahora bien, ¿para qué hacer eso? Supongo que para compartir con el protagonista esa sensación de ir armando poco a poco una historia que se desvanece cada instante (en el caso del protagonista por una lesión cerebral, por condicionamiento, o por un engaño). En ese sentido la película me parece exitosa. Hace que el espectador tenga que ir de la mano de su personaje. Sin embargo, en este mundo de engaños y mentiras, siempre hay trampas, y parece que a Christopher Nolan le encantan.
Después de estar atentos podemos recontar el asunto: Leonard ha sufrido una lesión que afecta su capacidad de recordar los eventos que acaban de ocurrir. La lesión ocurrió cuando unos ladrones entraron a su casa y violaban a su esposa. Después de este terrible suceso Leonard no es el mismo, su esposa intenta ayudarlo pero él ya no lo puede ser: Leonard sólo piensa en vengarse de aquellos que destruyeron su vida (hay que tener en cuenta que a pesar de su nuevo problema, Leonard toda la película se acuerda, más o menos, de que algo está investigando). Sea como sea, aparentemente Leonard mata accidentalmente a su esposa, ella trataba de que dejara de fingir una condición que Leonard piensa tener. Luego, con ayuda de un policía (John Edward Gamell, alias Teddy), mata al ladrón, al violador de su esposa. Pero con el tiempo él ya no lo recuerda, ya no puede recordar nada, sólo recuerda su venganza. Entonces las muertes siguen sucediendo como un juego sinsentido que, sin embargo, le da sentido a la vida de Leonard. Leonard mata sucesivamente a un número infinito de violadores de su esposa. Incluso mata al policía. Todos vivimos de engaños, dice al final Leonard. Si bien está muy claro que este engaño es mucho más que complicado.
El desencanto que surge en una película como Memento es que todo está demasiado fabricado para sorprender. Si se lee toda esa enrevesada trama se puede suponer que se está frente a algo realmente significativo. ¿Pero hay algo realmente significativo en Memento?
Por el momento no he leído ninguna reseña en que se señale uno de los aspecto que creo que los hermanos Nolan querían señalar: la identidad. Más o menos la idea es que una identidad se construye con base en unos presupuestos ficticios que permiten darle un sentido a los actos de cada uno, la identidad permite matizar todas aquellas zonas oscuras, defectos o crímenes de cada persona. Esta idea es quizá más mía que resultado de la película, pues durante la cinta los únicos puntos que podría tomar como sustento para tales supociones son diálogos del tipo:

Teddy: That's who you were. You don't really know who you are.

Diálogos que son más resultado de un efecto por decir algo interesante.
En casi todas las reseñas se ha resaltado que la película trata sobre la memoria, o sobre su fragilidad, o sobre como la mente se inventa los recuerdos para permitirnos vivir, etc. Y en buena medida tienen razón. El filme muestra el caos de un personaje, si bien un poco contrastado con el caos de sus autores. Su resultado es una película efectiva, nada más. No hace falta ser muy perspicaz, ni siquiera haber leído todo Proust, para reconocer que lo que llamamos recuerdos son en buena medida un producto de la subjetividad de un individuo, por ende los recuerdos son alterados por los deseos, por la imaginación, etc. En esto no hay nada nuevo bajo el sol, aunque hay que admitir que Nolan consigue, en ese sentido, su propósito.
Sin embargo en esto no reside lo que hoy me molesta de Memento. Ni en el uso de recurso de tantos manidos lugares para tratar temas transcendentales. Mi molestia reside en que Nolan necesita de una posición que llamaré estridente. Estridente porque tiene que recurrir a esta rocambolesca trama en que todos cargan con pecados inconfesables. Estridente porque está ansioso por decir verdades y juzgar al mundo. Estridente porque para resolver para cualquier conflicto, por lo demás, haciendo uso de las más variados lugares comunes del cine norteamericano.
Esa estridencia en Nolan se ha intensificado dramáticamente a lo largo del desarrollo de su carrera. Al punto que ya en su último Batman quiere proponer una fábula que relativiza el "bien y el mal" por medio de situaciones extremas (situaciones extremas que son lugares comunes en el cine, quiero decir).
De todas maneras mi punto de vista no es del todo negativo sobre Memento. La concepción de su estructura me parece satisfactoria y el manejo técnico es correcto. Su problema a mi modo de ver reside en que sus pretensiones sobrepasan a una historia que no tiene todos los nudos atados (reitero, Leonard, con todo y su problema, no se olvida de que algo está investigando, entre otras muchas cosas que no olvida).

Cuando miraba Memento me daba cuenta, con desagrado, que la película no era como yo la recordaba. Que de hecho la película de la que había hablado con algunos amigos no era la que en ese momento miraba. Esto, con sus matices, es aplicable a todas las demás películas. También lo sigue siendo para Memento.

Apéndice:

En Moby Dick dice:

But as I was crowded for space, and wished the other parts of my body to remain a blank page for a poem I was then composing -at least, what untattoed parts might remain- I did not trouble myself with the odd inches;...

El pasaje se refiere a como el narrador se tatúa las medidas de un esqueleto de un cachalote para luego anotarlas en su libro. Sin embargo, deja partes de su cuerpo libre para un poema que piensa escribir. Me gustaría pensar en Memento como una historia que se va haciendo según los avatares, según las interpretaciones que producen los tatuajes. Pero de eso no se trata Memento, en realidad esta película, a mi modo de ver, está más cerca a ser un simple espectáculo que busca sorprender.

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