Source Code


Conozco de oídas un cuento de Philip K. Dick. Una nave extraterrestre llega a la tierra. Amistosamente, en apariencia. Apenas los humanos los identifican, los asesinan. Lo cierto es que los amistosos extraterrestres eran espías sin saberlo. Desde hacía tiempo los extraterrestres enviaban espías para conspirar contra los humanos, y estos al saberlo los mataban. Esta plana narración se convierte en un perfecto infierno circular: indefinidamente los alienígenas enviarán espías que serán asesinados sin entender por qué. Una y otra vez. Un relato perturbador

Source Code también parte como una narración circular. El capitán Colter Stevens (Jake Gyllenhaal) aparece en un tren que va a Chicago en la piel de otro hombre. No entiende por qué no se encuentra ya en Afganistán sino allí; hasta que ocho minutos más tarde el tren estalla. Entonces, dentro de lo que aparenta ser un abstracto habitáculo, Stevens ve a la oficial que tiene al mando, Colleen Goodwin (Vera Farmiga),  y también a un hombre con apariencia -en realidad con alma también- de científico ambicioso -y loco-, el Dr. Rutledge (Jeffrey Wright). La misión de Stevens es que identifique quién colocó esa bomba en ese tren, pues ahora el individuo dice haber puesto una bomba nuclear en Chicago. Una y otra vez Stevens tendrá que  volver a ese tren siniestrado, sin saber bien qué ha ocurrido con él, y qué tanto cambian las cosas cuándo él interviene. 





Pronto la cinta deriva en una trama en la que más allá de esa circularidad se intenta reflexionar, superficialmente, sobre dilemas filosóficos tales cómo quién es cada quién, así como también sobre especulaciones en el campo de la física. Parecería sumamente arriesgado plantear una cinta así. El resultado es tristemente aburrido. La trama se desanuda de un modo quizás más sencillo al de las series de televisión que ya coqueteaban con jugar con universos paralelos, viajes en el tiempo, y demás. Quizás el motivo reside en que lo que se narra no evoluciona, nadie cambia, y como en tantos seriados todo termina inevitablemente bien. Chicago se salva. Rutledge consigue lo que ambicionaba. Stevens consigue escapar de su situación, enterarse de lo que le ocultaban sus superior, y, además, se queda con la chica del tren, Christina (Michelle Monaghan).



Me da la impresión que Source Code es una cinta que encaja dentro de nuestro zeigest -o mejor aclarar el de los países como USA. La guerra en Iraq, el terrorismo, y un anhelo por reconstruir las recientes tragedias alcanzado un amor supercificial e inesperado. Source Code es un filme que deseosamente gira entorno a unos personajes con conflictos cuasi-resueltos. Es entretenido verlo, no se pierde nada en ello. Pero incluso la cinta de Jones es menos atractiva que Groundhog Day. Es insoportablemente más liviana.

Hasta cierto punto no es una sorpresa. A pesar de alguno que otro guiño que Jones incluye a Philip K. Dick, su ciencia ficción está mucho más cerca de la de su padre (David Bowie). Una extraña e imaginativa, pero también plana y segura, una complaciente.


En todo caso he de admitir que me gusta mucho la música de David Bowie. No está mal despedirse con una canción.







P.S.: El título fue traducido al español como Ocho minutos antes de morir, como si fuera necesario aclarar la trama.

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