The Social Network


William Hearst inspiró una película sobre la ambición y la codicia. Con el tiempo dicha cinta fue y es considerada la "mejor cinta de todos los tiempos". Una cinta que también era la insistente búsqueda de la verdad sobre un hombre que por lo demás es incompleta e inasible. O como dijo un famoso escritor: "la investigación del alma secreta de un hombre, a través de las obras que ha construido, de las palabras que ha pronunciado, de los muchos destinos que ha roto." The Social Network es también una historia que se guía por la investigación sobre la génesis de Facebook. No investiga el alma de Zuckerberg,  pero si censura a un colectivo hambriento que intenta escalar a toda costa para obtener reconocimento, poder y dinero -cuestiones que todos sabemos que son inevitablemente vacías, pero como en Ciudadano Kane inevitables.



Repito, en buena medida la película la guía la reconstrucción de los primeros meses de la red social creada por Zuckerberg derivada de las audiencias de conciliación con quienes eran sus posibles socios para crear una red social, como también con quien fue, según la cinta, su mejor amigo. Moralmente despreciable Zuckerberg no ha cejado en nada para conseguir lo que quiere, sugiere la cinta. Por otra parte la película incluye otras escenas para completar el cuadro, y darle a estos orígenes completa inteligibilidad. Zuckerberg al romper con su novia, no sólo la humilla por internet, sino que crea un programa en el que se compara un par de estudiantes, y así humilla de paso a todas las jóvenes del campus (de Harvard). Curioso. Zuckerberg, creador de Facebook, es probablemente un sociópata. De ser así es posible que Facebook sea su más astuta creación. 



La película continúa, los personajes hablan desenfados, el ritmo no permite que uno deje de ver este repetido relato. Y Harvard, California, o Nueva York son igualmente lúgubres, crepusculares. Por citar de nuevo al reseñista, esos lugares de franca y espontánea camadería son horrorosos, y Fincher como Welles sabe que el aparente e idílico ambiente de estas exclusivas universidades norteamericanas no está lejos de los horrores que en otras películas ha mostrado. El mundo no deja de ser uno, al fin y al cabo. Además, Fincher escoge particularmente bien a sus actores -una muy buena interpretación de Jesse Eisenberg como Zuckerberg-, pone la música en manos de Trent Reznor y Atticus Ross que componen un contrapunto preciso a las acciones de la cinta. Sí, la cinta está bien. En términos canónicos. 



Debo admitir que finalmente no detesté a Zuckerberg. De hecho, de la galería de personajes que presenta la cinta es el que más me agradó. Después de todo él tenía la capacidad para crear. Es un logro de la cinta después de todo conseguir esto al relatar una típicamente de intrigas, envidias y traiciones. Y esto a pesar de que la cinta quiere sugerir que Zuckerberg tiene un don maquinador a la altura de Yago. Pero tal vez me equivocó al notar lo que dicen otras reseñas y comentarios.



Ahora, la película de Fincher está bien para una de las historias que según Borges contaba Ciudadano Kane. La historia del "alma" de Zuckerberg no existe, pues la cinta es totalmente refractaria a ella. Apenas quedan los posibles eventos, y las más vulgares motivaciones -dinero, ambición, sexo. Fincher sin quererlo crea una cinta pedestre, con todo lo bueno y malo que aquello signifique. Y quizás no pueda ser hoy de otra manera, hoy que la idea de nobleza o aristocracia ha demostrado ser tan ridícula, y que la gente, y uno mismo, anhela un lugar medianero en su sociedad -mediocre para usar otros términos con más raíces. Entonces la cinta de Fincher es un éxito mayor. Sólo si todo fuera así de simple. Pero me inclino a pensar que como Welles (y Borges) anotan, nada es tan perfectamente simple.



The Social Network es una buena película. Pudo ser mejor.



Terminar la película con esta canción me parece un acierto completo.



P.S.: La reseña de Borges fue originalmente publicada en Sur, No. 83, 1941.



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