American Hustle (Escándalo Americano)


Todo es un engaño. Todos nos engañamos, comenzando por nosotros mismos,  porque es la única forma de sobrevivir. Puedo seguir así, repitiendo lugares comunes que poco significan cuando se dicen una y otra vez. American Hustle, en Colombia traducida inconvenientemente como Escándalo Americano, es una entretenida cinta que termina reduciendo la enredada trama que cuenta a un lugar común tan repetido que resulta insignificante. Y no es que American Hustle carezca de ambiciones, o de secuencias punzantes, o de actuaciones destacables; es más bien que los límites a las que lo somete David O. Russell son muy bien definidos. La cinta coquetea con el thriller, con el drama realista, con la comedia de situaciones, con el musical, e incluso con una especie de épica al estilo de la Gran Película Americana por usar un término no muy ingenioso; pero no hay que llamarse a engaños, American Hustle no es sino otra comedia romántica.


Irving Rosenfeld (Christian Bale) y Sydney Prosser (Amy Adams) son un par de estafadores que consiguen dinero extra engañando a personas desesperadas que buscan un préstamo. Todo va bien para Sydney e Irving, hasta que Richie DiMaso (Bradley Cooper) los detiene en pleno fraude. DiMaso, un joven y ambicioso agente del FBI, les ofrece que cooperen con la agencia tramando otra estafa para así atrapar a varios políticos, de no ser así tendrán que ir a la cárcel. Eventualmente esto se inspira en el Abscam, una operación por medio de la que el FBI llevó a la cárcel a varios congresistas por recibir sobornos. Russell aclara juguetonamente desde el principio esto al decir que algunos de los hechos que se ven en la película son basados en la realidad. Bueno es aclarar que se trata también de una fuente muy secundaria. American Hustle presume de mostrar los entretelones de cómo ocurrió el Abscam: el alcalde Carmine Polito (Jeremy Renner), un hombre bueno pero con amigos de dudosa procedencia, se decide por impulsar el proyecto de un nuevo casino en Atlantic City al ser convencido por la verborrea de Irving. El mismo Irving que estafaba pero que ahora coopera a regañadientes porque si no estaría lejos de Danny, el hijo de su esposa Rosalyn (Jennifer Lawrence). Las apariencias siempre nos engañan ciertamente: porque a pesar de ser su esposa, Rosalyn no es la mujer más recomendable, y a pesar de que DiMaso represente la ley es más su ambición lo que lo motiva. Y más allá de todo este enredo Irving y Sydney realmente se aman. Enredado como es este resumen también es el film, y en todo caso más que concentrarse en los ires y venires Russell sabe que todo debe llevar al final feliz.


Ahora bien, American Hustle pretende ser una pieza ambiciosa que combina esa historia de amor con todo un fresco que da vida a lo que debía ser la vida en el Nueva York de finales de los 70. Una especie de épica que acude a la dinámica de la narración con que Scorsese contaba GoodFellas o Casino: lo que traduce Russell en largas secuencias que por momentos parecen estancarse en largos movimientos para mostrar los fastuosos escenarios y los vestidos escotados y pegados de la bella Amy Adams. Y si bien Russell por momentos hipnotiza como cuando se ve un video-clip visualmente atractivo, aunque no tenga mucho sentido, a veces sencillamente aburre. Sin embargo, lo que motiva la acción es una trama más al estilo de las comedias screwball de las que Russell parece un deudor con creces -ya en Silver Linings Playbook actualizaba el género. En realidad American Hustle está más cerca de Hawks o de Preston Sturges que de Scorsese. La suerte de documentación de una época y unas formas de vida no son de mayor interés para Russell, o su interés se detiene en los apartados de dirección de arte y en la revisitación en primer plano de música pop setentera. El interés de Russell, encomiable hay que decirlo, se encuentra en el drama de sus personajes. Varios reseñistas han elogiado la primerísima escena en la que Irving se coloca un tupé para disimular su calva: el estafador preparando sus trucos para engañar, el estafador melancólico ante la visión terrible de lo que realmente es. Por momentos en American Hustle se entreve otra cinta, más introspectiva, gracias a las interpretaciones de sus protagonistas. Pero sólo son momentos en una avalancha de giros y movimientos largos que dan un efecto ajustado como cuando Rosalyn canta a gritos Live and Let Die -mientras su esposo recibe una paliza de unos mafiosos; si bien en la mayoría se trate más bien de meros efectos sin más.


Hiperbólicamente se ha comparado la forma en que filma Russell en la cinta con el jazz. Glenn Kenny, en una de las pocos comentarios negativos sobre el film, pone en duda tales cualidades ya que el modo en que presenta las secuencias Russell por momentos no parece seguir ningún patrón sino más bien la fascinación por la imagen de muchos video-clips. Como bien anota Kenny, incluso el jazz tiene sus reglas, la cinta de Russell a veces parece simplemente caótica, así como marca con énfasis que muchos de los elementos que Russell toma de los films de Scorsese no se insertan -en todos los casos habría de acotarse- al sentido de la película. Al final Kenny presume que el gusto que ha producido American Hustle se debe a estar en sintonía con un cierto conformismo alegre que exuda la cinta, que a diferencia, dice Kenny, de El lobo de Wall Street se trata más bien de una visión pesimista y sin complacencias. Los estafadores que nos presenta Russell son encantadores y adorables, y los posibles dramas que vivan son meros destellos que no han de desviarnos de la convención a la que se sujeta, en últimas, el film. Kenny tiene razón al notar que las secuencias se mueven casi que azarosamente, pero no ve que más allá de ellas una convención y una tradición es la que mueve el film. American Hustle solo usa las estrategias de GoodFellas para filmar His Girl Friday -o mejor decir To Have or Have Not- con no muy buenos resultados. En lo que sí que tiene razón Kenny es al notar el conformismo de la cinta, cuya trama bien podía asemejarse a, digamos, Cosi fan Tutte. Aludo a la ópera de Mozart según la interpretación de Said al reflexionar sobre el estilo tardío, en la que Said veía una pieza pesimista y exitencialista  El engaño en la ópera nos hace concluir que los seres humanos no son capaces de fiabilidad, mientras que en American Hustle  el engaño es apenas una excusa para revivir esa confianza. No es que la cinta sea mejor por ser pesimista o no, pero ciertamente se explica el atractivo de American Hustle cuando es de reiterar el sentimentalismo al que son tan aficionados los jurados de la Academia.



Todos nos engañamos pero lo cierto es que lo único que necesitamos es amor. Y una buena cinta necesita actuaciones notables, un par de secuencias hipnotizantes y revivir nostálgicamente algunas canciones. Es lo que podía decirse de American Hustle, injustamente reduciéndola a lugares comunes. A Russell lo parecía animar un propósito mucho más ambicioso que el de hacer otro film que se ajustara a la tradición: una especie de épica que revelará parte de lo que debió ser vivir en EEUU en los 70s, así como una comedia de costumbres que cuestionara lo políticamente correcto. El fracaso del film se cifra en que antes que conseguir esto, lo que nos produce es reafirmar las ideas preconcebidas, achata y no expande. De hecho el pensar hacer un film con la envoltura moderna de Scorsese pero realmente contando una historia clásica de Howard Hawks es merecedor de mejor suerte. American Hustle no lo consigue, aparte del par de secuencias, y de sus actuaciones notables -no en lo que tiene que ver con todo el reparto a decir verdad. Es harto posible que la cinta se convierta en una de las grandes ganadoras de los Oscar, como lo fue ya de otros galardones; lo que no remarca necesariamente sus virtudes, sino la sintonía con ese conformismo que adoran algunos al ir al cine. Dirán que se trata de un momento para soñar y alejarse de la cruda realidad, es la magia del cine; mientras que algunos gruñones no pueden aceptarlo. Y uno se pondrán a gruñir por nada para engañarse también, y pensar que en otras temporadas será distinto del año anterior. Y así. No es que a ninguno le falte su parte de razón, si bien lo cierto es que todos somos un poco estafadores.




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Comentarios

  1. Creo que Escándalo Americano es una muy buena película, tiene a cuatro grandes actores, un buen guión, un buen director y una buena historia, si no la han visto se las recomiendo mucho.

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    1. Agradezco tu comentario, si bien no estimo tanto la película. Pero sin duda tiene cualidades...

      Saludos

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  2. American Hustle es una buenisima comedia, pues jamas habia visto una estafa tan graciosa.Me gustó mucho com mezcla el drama con la comedia!

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